La expresión desempleo tecnológico se refiere a la pérdida de puestos de trabajo que resulta directamente de la sustitución de mano de obra humana por máquinas, software o tecnologías automatizadas.
Descripción
Se trata de un tipo de desempleo estructural, causado por el progreso tecnológico y la innovación, especialmente por la introducción de tecnologías de propósito general como la robótica, las TIC y, más recientemente, la inteligencia artificial.
Mecanismo y causas
El desempleo tecnológico ocurre cuando la tecnología se utiliza para realizar tareas que antes requerían la intervención de un trabajador, haciendo que ese trabajo se vuelva obsoleto o innecesario.
Automatización de tareas rutinarias
La causa principal es el reemplazo de trabajadores que realizan tareas repetitivas, manuales o cognitivas rutinarias (como operadores de fábrica, cajeros, oficinistas o incluso funciones básicas de contabilidad) por sistemas automatizados.
Aumento de la productividad
La tecnología aumenta la producción por trabajador. Si la demanda agregada de bienes y servicios no crece lo suficientemente rápido para absorber ese aumento de la productividad, se necesitará menos personal para producir la misma cantidad de producto, lo que resultará en despidos.
Desfase de habilidades
Incluso cuando se crean nuevos empleos (por ejemplo, ingenieros de IA o técnicos de robótica), éstos a menudo requieren habilidades distintas a las que posee la mano de obra desplazada. Esto genera un desajuste o desempleo estructural porque los trabajadores afectados no pueden hacer una transición inmediata a los nuevos roles.
Antecedentes
Aunque el fenómeno se hizo especialmente visible a partir de la transformación digital, las raíces del concepto las encontramos en siglos anteriores.
Ludismo (siglo XIX)
Durante la revolución industrial, una reacción temprana contra el desempleo tecnológico se manifestó en el movimiento ludita: trabajadores que destruían las máquinas que percibían como una amenaza directa a sus medios de vida.
Keynes (1930)
El economista John Maynard Keynes fue uno de los primeros en formalizar el término. En su ensayo Posibilidades económicas de nuestros nietos (1930), Keynes se refirió al desempleo tecnológico como:
Un descubrimiento de medios para economizar el uso de mano de obra que avanza más rápido que el descubrimiento de nuevos usos para la mano de obra.
Keynes veía esto como un problema temporal de ajuste hacia una era de mayor bienestar, aunque reconocía el sufrimiento y la perturbación social que causaba a corto plazo.
Cambio tecnológico sesgado hacia las habilidades
Desde los años 1990 se ha visto el surgimiento de importantes volúmenes de literatura sobre la hipótesis económica del cambio tecnológico sesgado hacia las habilidades (skill-biased technological change).3 Es decir, la idea de que el progreso tecnológico reciente -y especialmente las TIC- favorece y complementa el trabajo de los empleados altamente cualificados (con mayor educación, habilidades analíticas o creativas), mientras que sustituye o hace obsoleto el trabajo de los empleados menos cualificados o aquellos que realizan tareas rutinarias.
Esta hipótesis asume que la tecnología no es «neutral» en su impacto sobre el empleo; está sesgada hacia el talento y la formación.
Ejemplos históricos
- Aghion, P., Antonin, C. y Bunel, S. (2021). El poder de la destrucción creativa: ¿Qué impulsa el crecimiento económico? Deusto, pág. 167.
- Aghion, P., Antonin, C. y Bunel, S. (2021). El poder de la destrucción creativa: ¿Qué impulsa el crecimiento económico? Deusto, pág. 167.
- Aghion, P., Antonin, C. y Bunel, S. (2021). El poder de la destrucción creativa: ¿Qué impulsa el crecimiento económico? Deusto, pág. 167.