Descripción

El concepto de la triple hélice de innovación es un modelo que describe una interacción y colaboración activa entre tres esferas o actores principales en la sociedad para fomentar la innovación, el desarrollo económico y el conocimiento.

De la evolución del concepto han surgido nuevos modelos, como la cuádruple hélice o la quíntuple hélice.

Los tres actores

Los tres actores de esta hélice, que interactúan en espiral para generar nuevo conocimiento e innovación, son:

La academia

La función principal de las instituciones académicas (universidades, centros de investigación) es generar conocimiento fundamental y nuevo, investigación básica y aplicada y formar el capital humano cualificado, como estudiantes o investigadores, por medio de la generación de ideas, teorías y tecnologías en etapas tempranas.

La academia transfiere conocimiento a través de la publicación, la educación y la creación de spin-offs (empresas derivadas).

La industria

Las empresas del sector privado aportan a la hélice la capacidad de producción, la gestión, la inversión (capital de riesgo) y el enfoque en las necesidades del mercado. Convierten los descubrimientos en innovación económica, transformando el conocimiento y la tecnología en productos, servicios y procesos comercializables.

La industria es el motor de la creación de riqueza y empleo.

El gobierno

Función principal del sector público y el Estado en la hélice es establecer el marco legal, regulatorio y de políticas que facilita y estimula la innovación y la colaboración. Además, el gobierno proporciona financiación (subsidios, préstamos), infraestructura (parques tecnológicos) y actúa como un catalizador (estableciendo prioridades de investigación) o un regulador (protegiendo la propiedad intelectual).

Dinámica de la interacción

El modelo se distingue por la superposición de funciones y la naturaleza dinámica de sus interacciones, no sólo por la existencia separada de los actores.

En lugar de que cada actor opere en su propio silo, la triple hélice postula un movimiento constante donde, por ejemplo, las universidades actúan a veces como empresas (creando startups) y el gobierno actúa a veces como de riesgo (financiando proyectos de alto riesgo). Esta colaboración sinérgica es la clave para generar innovación sistémica (no sólo incremental), impulsar la competitividad nacional o regional y abordar desafíos sociales complejos.

Origen y evolución

El concepto fue desarrollado por Henry Etzkowitz y Loet Leydesdorff a principios de los años 1990.

Posteriormente algunos autores han agregado nuevos al modelo de hélice y por ello a veces se habla de la cuádruple hélice o de unaquíntuple hélice.

Ejemplos

La academia: Stanford y UC Berkeley

Universidades de prestigio como Stanford y la Universidad de California, Berkeley, realizaron en electrónica, informática y, más tarde, biotecnología.

Stanford, bajo figuras como Frederick Terman, adoptó una política activa de fomento del emprendimiento entre sus estudiantes y profesores, incentivándolos a crear empresas basadas en su investigación (spin-offs). Incluso cedió terrenos a empresas tecnológicas emergentes (el actual Stanford Research Park) para fomentar la proximidad física.

El Estado: inversión y política pública

El gobierno federal jugó un papel crucial al inyectar grandes cantidades de capital público y contratos de investigación a través de agencias como el Departamento de Defensa (DOD) y, más tarde, la NASA, especialmente durante la Guerra Fría. Estos contratos crearon una demanda garantizada para tecnologías de alta complejidad (radares, semiconductores, sistemas de comunicación) que las empresas locales, fundadas por egresados de Stanford, se apresuraron a desarrollar. Esta financiación inicial de riesgo fue vital.

El gobierno también promovió leyes que facilitaban la propiedad intelectual y la transferencia de tecnología de las universidades a las empresas.

La industria: Hewlett-Packard (HP), Fairchild Semiconductor, etc.

Pequeñas startups de capital de riesgo (como las fundadas por los «Ocho Traidores» de Fairchild) tomaron los descubrimientos académicos y la financiación gubernamental para crear y comercializar el primer circuito integrado y el microprocesador.

La industria desarrolló un sofisticado sistema de capital de riesgo (Venture Capital), que invierte agresivamente en ideas prometedoras surgidas de la academia, aceptando un alto riesgo a cambio de altas recompensas.

Resultado de la hélice

La interacción constante y dinámica en Silicon Valley llevó a la creación de organizaciones híbridas (como las oficinas de transferencia de tecnología de las universidades y los venture capitalists con fuertes lazos académicos) que actuaron como puentes permanentes entre la ciencia, la inversión y el mercado.

Este ejemplo demuestra que el éxito de la innovación no depende sólo de tener buenos científicos o buenas empresas, sino de la calidad y la intensidad de la colaboración estructurada entre los tres actores.

La academia: Embrapa (Brasil) e INTA (Argentina)

La Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), una corporación pública, se convirtió en un pilar de la innovación en la región. Realizó investigación fundamental para adaptar las tecnologías de modificación genética a las condiciones climáticas y edáficas (del suelo) únicas del Cerrado (sabana brasileña), desarrollando variedades de semillas locales. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) cumplió una función similar en la adaptación y validación de tecnologías.

Estas instituciones públicas de investigación actuaron no sólo como centros de conocimiento, sino también como entidades de transferencia de tecnología y, en algunos casos, como competidores o colaboradores de empresas privadas de semillas.

El sector público: regulación y políticas

Los gobiernos de ambos países fueron fundamentales al establecer marcos regulatorios de bioseguridad (como la CONABIA en Argentina y la CTNBio en Brasil) que permitieron la aprobación y liberación comercial de los cultivos transgénicos. Sin esta aprobación, la tecnología no habría podido usarse.

El Estado invirtió en logística, puertos y carreteras (especialmente en Brasil) para manejar el enorme volumen de producción de soja, vinculando así la investigación y la producción con los mercados globales. Los bancos públicos y las políticas de crédito rural subsidiado permitieron a los agricultores acceder al financiamiento necesario para comprar las nuevas semillas y los insumos asociados.

Sector privado: biotecnológicas y productores

Grandes corporaciones multinacionales (Monsanto, Bayer, Syngenta) introdujeron las patentes iniciales de la tecnología (resistencia a herbicidas, tolerancia a plagas), pero fue la industria local de semillas, agroquímicos y la vasta red de productores agropecuarios la que adoptó, comercializó y escaló la tecnología.

Los productores, motivados por la promesa de mayores rendimientos y menores costos operativos, impulsaron la demanda por la validación y comercialización de estas semillas. La industria privada invirtió en las cadenas de valor (procesamiento, crushing, exportación) necesarias para monetizar la producción masiva.

Resultado de la hélice

El éxito de este sector en la región cómo la triple hélice logró adaptar una tecnología global compleja, garantizar su seguridad biológica (gobierno), escalarla productivamente (industria) y generar conocimiento local (academia/centros de investigación) para convertir a estos países en líderes mundiales en la producción de commodities agrícolas.

Biblografía recomendada

Etzkowitz, H., & Leydesdorff, L. (1995). The Triple Helix—university–industry–government relations: A laboratory for knowledge-based economic development. EASST Review, 14Etzkowit, 14–19.

Etzkowitz, H., & Leydesdorff, L. (1998). The Endless Transition: A “Triple Helix” of University-Industry-Government Relations. Minerva, 36(3), 203–208.

Sinónimos:
triple helix
Categorías: Innovación